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miércoles, 22 de enero de 2020

9 hijos y 9 años como familia misionera del Camino Neocatecumenal en Serbia

Esta familia malagueña lleva nueve años como misionera
 del Camino Neocatecumenal en Serbia, país de mayoría 
ortodoxa y que ha vivido  décadas de comunismo y brutales guerras.


El 24 de julio 2019, a las 19.30 horas, ocho hermanos de una familia del Camino Neocatecumenal, de misión en Serbia desde hace nueve años, recibieron el sacramento de la Confirmación. Son José ( de 18 años), Laura (de 17), Sonia (14), Alberto (13), Tomás (11), Isabel (10), Daniel (9) y Maria Magdalena (7) de Oliva Pérez, hijos de Alberto y Sonia. Junto a ellos, se confirmó también una prima, Sofía de Oliva, hija de Isaac e Noemí. Como explica el párroco, Lorenzo Fernández Riaño, SCJ, reciben el sacramento de la confirmación tras prepararse para ello en los últimos meses. Diocesismalaga.es ha podido conversar con ellos.

- ¿Desde cuándo vivís en misión en Serbia?

- Fuimos enviados por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en 2010. Llevamos, pues, nueve años. Cinco en una ciudad pequeñita de montaña que se llama Užice y los últimos 4, a petición del Arzobispo de la diócesis de Belgrado Stanislav Hočevar, en la capital, Belgrado.

- ¿Qué hace una familia como la vuestra en ese país? 

- Somos una familia misionera, que como tantas que hay en el mundo, portamos una luz que da sentido a la vida de los hombres y que los conduce al cielo, a la vida eterna. Esta luz es Cristo resucitado de la muerte, el misterio Pascual, fundamento de nuestro matrimonio y cuyo fruto son nuestros 9 hijos.

Todo gracia de Dios: la familia cristiana, la comunión, el perdón de los pecados... Serbia es un país que ha quedado devastado, no por la guerra (que también), sino por el comunismo. Una sociedad desestructurada. El demonio ha destruido la familia. ¿Cómo? Atacando a la mujer. Destruye la fábrica de la vida y acabas con la familia y con la sociedad. Allí el aborto es una pandemia. Conocemos mujeres que han abortado hasta 20 veces. Imagínate.

- ¿En qué consiste vuestra aportación?

- San Juan Pablo II y su sucesores siempre han hablado de la Nueva Evangelización. Nosotros somos un pequeña parte de esto. Sólo nuestra presencia, a semejanza de la Sagrada Familia de Nazaret, es portadora de esta luz que tiene el poder de cambiar la vida de los hombres, que como nosotros, hemos estado bajo la esclavitud del demonio y hemos sido salvados. Hace un mes y medio mi mujer sufrió una trombo embolia pulmonar y estuvo 17 días ingresada en un hospital de Serbia. En esta historia de sufrimiento hemos sentido de nuevo que el Señor nos confirmaba la llamada a estar allí. Principalmente a mi esposa que, sostenida por la oración, la de los hermanos, y consolada por el Espíritu Santo en Pentecostés ha estado sola en el hospital ya que sólo podíamos entrar para estar con ella una horita al día. Ha sido una luz. Los médicos nos dijeron que lo que más les había sorprendido era que ella, una señora de occidente, española, hubiese estado allí, callada, sin quejarse de nada, sin exigir nada.

- ¿Qué significa este sacramento de la Confirmación para vuestra familia? ¿Cómo lo estáis viviendo?

- Primero muy agradecidos de que D. Jesús haya querido venir a presidir la Eucaristía, pero sobre todo muy contentos de que nuestros hijos puedan recibirlo. Por diversos motivos ninguno de ellos había podido recibirlo. Dice el profeta Isaias: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrado...". Por el bautismo hemos sido ungidos y enviados. Nosotros y especialmente nuestros hijos viven esta realidad de enviados, este apostolado y para ellos es una cruz, porque están solos, sin sus amigos, sin su familia, en un país extranjero, donde tantas veces experimentamos lo que es vivir como inmigrantes, como los últimos.

- ¿Cuándo volvéis a la misión?

- El día 28 de agosto volvemos a la misión (si Dios lo permite, por la enfermedad de Sonia). Para todos nosotros cada vuelta a la misión es un pequeño Getsemani, porque es entrar en la cruz. Estamos seguros de que ser ungidos de nuevo va a ser una gracia especial para nuestros hijos y para nosotros, para entrar en la voluntad de Dios. Lo viviremos en la esperanza de que Dios les confirme, por medio del Espíritu Santo, que no hay otro lugar mejor donde gastar sus vidas que en la Evangelización. Rezad por nosotros.

Fuente: ReligionEnLibertad 01/08/2019 / or



Los asturianos Doni y Mari Cruz relatan su experiencia como misioneros en Túnez, matrimonio misionero entre 300 mezquitas

Domnino Martínez y Mari Cruz, matrimonio asturiano 
misionero en Túnez, con su hijo David, sacerdote en Costa de Marfil 

La «evangelización de la tortilla de patata»: así vive este matrimonio misionero entre 300 mezquitas

Durante el Mes Extraordinario Misionero 2019, que se celebro en octubre 2019 se han podido conocer las historias de numerosos católicos, ya sean sacerdotes, religiosas o laicos, que han dejado todo para anunciar el Evangelio en cualquier rincón del mundo.

España cuenta con 11.000 misioneros repartidos en 130 países y en la isla de Yerba, en Túnez, es donde se encuentran Domnino Martínez y su esposa Mari Cruz Gutíerrez, un matrimonio asturiano del Camino Neocatecumenal que tras haberse dedicado durante más de 30 años a la enseñanza por todo el Principado decidió responder a la llamada misionera siendo enviados entre una abrumadora mayoría de musulmanes.

Una iglesia entre 300 mezquitas

Domnino, Doni como es conocido, y Mari Cruz no son los únicos misioneros de su familia, pues su hijo David es sacerdote en Costa Marfil, país en el que se ordenó en 2014 y donde está en estos momentos.

Este matrimonio compareció recientemente junto a otros dos misioneros y el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, para hablar de la labor de los misioneros. En su intervención, Domnino explicó que la parroquia a la que sirven en Túnez era una iglesia que el gobierno había convertido en un gimnasio y luego en una biblioteca antes de abandonarla.

Esta pequeña iglesia, único foco católico de la zona, está rodeada por 300 mezquitas. Y es precisamente en este ambiente en el que se encuentran en esta misión ad gentes junto a un sacerdote, dos familias más, una de Chile y otra española, y dos mujeres provenientes del Líbano y de Francia.

"Hemos abierto las puertas de la iglesia"

“¿Qué hacemos allí? Recuerdo cuando don Jesús Sanz nos dijo en el envío no nos preocupáramos, qué lo que teníamos que hacer era estar. Hemos obedecido y estamos, hemos abierto las puertas de la iglesia, físicamente, y esto también sirve pues la gente se cuestiona”, explicaba a los presentes.


Domninio insistió en la importancia de “abrir las puertas” de la iglesia, ya que “no importa el idioma y lo relevante es lo que se hace. Además, explicó la importante labor interreligiosa puesto que además de la mayoría musulmana en esta isla cerca de Libia hay también una considerable comunidad judía. “Intentamos tender puentes con la comunidad judía y musulmana”, afirmaba el misionero.

"Evangelizando allí donde esté"

Poco a poco se empiezan también a ver frutos concretos. En esta iglesia de Yerba bautizaron recientemente a una niña de nueve años de padre musulmán y madre católica. Por ello, cree que hay que “seguir evangelizando allí donde se esté”.

Este matrimonio lleva no más de tres años en Túnez. Sobre partir a la misión ya siendo mayores y con los hijos criados afirman que ha sido “una aventura y un cambio importante, fruto de lo que llevamos viviendo muchos años. Empezamos muy jóvenes con las catequesis del Camino Neocatecumenal y desde entonces se ha ido formando esa vocación. Los años de Camino te van descubriendo el bautismo y que todos somos misioneros. Es más fácil dar testimonio en Túnez que aquí, en el colegio donde trabajaba o con los vecinos. Nuestra misión es evangelizar y posiblemente muchos lo tengan más difícil que yo”.

Evangelizar con la tortilla de patata

En una entrevista publicada en la Archidiócesis de Oviedo, Mari Cruz recuerda que “cuando llegamos nos encontramos con una iglesia que estaba prácticamente cerrada y lo que hemos hecho es abrir la puerta a todo el mundo e invitarles a entrar: sin importar la religión, si son creyentes o no, y eso es lo que ha llamado la atención”. Debido a la revolución que se produjo años atrás  se habían quitado la cruz y la campana de la iglesia y el Estado se había apropiado del templo.

Esta misionera perteneciente a la parroquia oventese del Corazón de María afirma que “hacemos la evangelización que yo llamo de la ‘tortilla de patata’: invitamos a la gente a casa, le damos nuestra experiencia de Jesucristo, les contamos cómo nos ayuda en nuestra vida, en nuestro matrimonio. Eso hace que la gente también se abra a nosotros, nos cuenten sus heridas. También con los matrimonios mixtos de musulmanes y europeos que son francamente difíciles. Oficialmente quien se casa con una persona musulmana debe renunciar a su religión y cuando han visto la posibilidad de poder volver a entrar en la Iglesia, sin por supuesto juzgarles, lloran de alegría de sentirse acogidos por el Señor”.

La alegría que viene del Señor

Domnino señala también que “la gente se va acercando cada día más. Lo primero que te dicen es ‘¿puedo pasar?’ y la respuesta siempre es: ‘estás en tu casa, adelante’. A muchas de ellas tenemos que explicarles los símbolos y te cuentan que aunque son de Yerba nunca habían entrado porque tenían cierto reparo”.

Además, reconoce que ni son valientes ni es una cuestión de valentía. “Yo soy muy cobarde, pero si es una misión a la que el Señor te llama entonces no tengas miedo como decía San Juan Pablo II”. Y Mari Cruz afirma que Dios les precede y “nos da una alegría que no viene de nosotros sino de saber que estamos haciendo su voluntad para estar, escuchar, acoger. No tenemos grandes pretensiones, sólo hacer presente el amor de Dios que ama a todos los hombres y sana su corazón”.

Fuente: ReligionEnLibertad 29/10/2019 / or


 



viernes, 11 de octubre de 2019

Camino Neocatecumenal: De Madrid a Lituania como familia misionera, con 30 años y 3 hijos: «Dios nos quería en Kaunas»

David y Fabiola, de 31 y 32 años respectivamente, llegaron el pasado mes de agosto a Lituania como familia misionera
David y Fabiola, de 31 y 32 años respectivamente, llegaron el pasado mes de agosto a Lituania como familia misionera

Este octubre la Iglesia está celebrando, a petición del Papa Francisco, un Mes Extraordinario Misionero, en el que se quiere poner el foco en la entrega que decenas de miles de católicos realizan en todos los rincones del mundo. Y una de las variedades de misioneros que está proliferando en los últimos años es la de familias enteras que dejan sus casas, sus trabajos y sus países para evangelizar allá donde sean enviados.

Una de estas familias es la que conforman David Hernández y Fabiola Severino, un joven matrimonio de 31 y 32 años respectivamente, que con sus tres hijos, Elena (4 años), Mateo (3 años) y Nicolás (4 meses) han dejado su cómoda vida en Madrid para ser misioneros en Kaunas, la segunda ciudad más poblada de la república ex-soviética de Lituania.

Pertenecientes al Camino Neocatecumenal de la parroquia de Virgen de la Paloma de la capital de España, en una convivencia internacional en Italia se hizo un sorteo con las peticiones de obispos de todo el mundo que habían pedido familias misioneras y les tocó Lituania.

La familia Hernández Severino llegó en agosto a su nueva vida y en esta entrevista con Religión en Libertad cuentan cómo se forjó su vocación, la labor que harán en la misión y también cómo está siendo la adaptación a un país y una cultura totalmente diferente a la española.

kaunas 

- La primera pregunta que surge es por qué os han enviado a Lituania y no otro país que normalmente recibe más misioneros…

- En enero estuvimos en una convivencia en Porto San Giorgio (Italia) con mas familias que, como nosotros, también estaban dispuestas a ir a anunciar el Evangelio. Y en esta convivencia se hace un sorteo con las familias y los destinos. Por un lado se saca un papel con la familia y por otro se saca otro papel con el país, y salió Lituania.

- Acabáis de llegar a Lituania como familia misionera, ¿cómo han sido las primeras semanas tanto en la misión?

- Las primeras semanas han sido duras, dejar la familia, amigos... A la semana de llegar tuvieron que ingresar a nuestro hijo pequeño (tenía dos meses) durante 10 días por una infección de orina y cuando llevaba 5 días ingresado tuvieron que hospitalizar también a nuestra hija mayor (4 años) con un virus en el vientre durante otros 5. En ese momento nos entraron ganas de volvernos a España y dejar la misión, y vimos como el demonio nos estaba atacando fuerte con estos acontecimientos. Pero gracias a la oración de mucha gente que reza por nosotros pudimos ver que Dios nos quería en Kaunas.

- ¿Y con la lengua?

- En cuanto al idioma, pues de momento si la gente con la que hablamos sabe inglés pues en ingles y sino pues con un diccionario o el traductor de Google. Es un idioma complicado pero no imposible, alguna palabra vamos aprendiendo. Estamos recibiendo clases de lituano y esperemos que no se nos haga muy duro.

-¿Cómo está siendo vuestra adaptación y la de los niños?

- La adaptación está siendo buena. Estamos haciéndonos al clima ya que ha empezado a hacer frío, a los lituanos de los que de momento no nos hemos sentido rechazados, a cómo funciona la ciudad, trámites administrativos, etc. Y los niños pues también están adaptándose, ya han empezado el colegio en el que están aprendiendo el idioma. Los primeros días fueron duros para ellos, pero poco a poco les va gustando, van entendiendo mas el idioma y jugando con los otros niños.

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- ¿Cuál es vuestra misión concreta en Lituania?

Pues nosotros, junto con otra familia de Venezuela, un sacerdote y otras dos familias que tienen que llegar en un futuro cercano formamos una missio ad gentes.

-¿Podéis explicar qué es esta missio ad gentes?

- El 18 de marzo de 2016, el Papa Francisco envió 250 familias formando 50 nuevas missio ad gentes para los cinco continentes. Durante este encuentro, el propio Francisco explicó en qué consiste esta modalidad misionera: "las missio ad gentes se constituyen a petición de los obispos de las diócesis a las que son destinadas y están formadas por 4-5 familias –la mayoría de ellas con más de cuatro hijos–, un presbítero, un joven y dos hermanas. Todos ellos forman una comunidad que tiene la misión de dar los signos de la fe que atraigan a los hombres a la belleza del Evangelio”.

-¿Qué es lo que tenéis que hacer?

- Nuestra misión en Lituania es en resumen ser ejemplo de cómo vive una familia cristiana, y la gente viendo cómo vivimos y la comunión que se da se acerque a la Iglesia. La experiencia dice que esto es posible.
Primero porque la gente se pregunta qué hace aquí una familia de España y entonces nosotros les contamos y segundo porque es un país, al igual que toda Europa, con una tasa de divorcios altísima y una tasa de natalidad muy baja. La gente solo tiene uno o dos hijos y además en concreto en Lituania hay un problema muy serio ya que los jóvenes están emigrando porque los sueldos son bajos, muchos de ellos están bien preparados y hablan a lo mejor tres o cuatro idiomas y emigran. Entonces no se forman nuevas familias ni nacen más niños. Viendo toda esta situación la gente nos pregunta cómo es posible que una familia española venga a vivir a Lituania.

-¿Los niños juegan algún papel?

-Los niños juegan un papel importantísimo en la misión. Primero porque la gente ve que tenemos más de uno o dos hijos. Segundo, en el colegio al ver otros niños que hay uno niños extranjeros les preguntan y también a nosotros.

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- Sois muy jóvenes, pero habéis dicho sí al Señor, ¿no estáis un poco locos por dejar vuestra vida y enfrentaros a lo desconocido? ¿No habéis sentido miedo ante una decisión de estas características?

- Efectivamente hemos sentido miedo. Pero al final es fiarse de Dios sabiendo que Él va por delante y vas viendo cómo van saliendo las cosas, la casa, el colegio, el trabajo, etc. Hemos ido viendo que el Señor nos estaba esperando en Kaunas.

- ¿Cómo sentisteis la llamada a ser familia en misión?

- Cuando tenía 15 años mis padres se ofrecieron también a irnos como familia en misión pero por unos motivos u otros no pudimos irnos. Y esta es una llamada que he tenido desde entonces pero sobre todo como agradecimiento al Señor por todo lo que ha hecho conmigo. Me podía haber ido al seminario o como laico a evangelizar pero veía que El Señor no me llamaba a eso.
Cuando estábamos en el noviazgo alguna vez le preguntaba a Fabiola si ella se iría como familia en misión, y siempre me decía que no, por lo que cuando nos casamos nunca le insistí, ni hablamos sobre ello porque sabía que ella no quería. Pero un día, al salir de la parroquia me dijo que había sentido esa llamada hasta el punto de estar dispuesta a ir donde Dios quisiese. 

Durante dos años estuvimos rezando y viendo si eso era lo que Dios quería y en diciembre de 2018 nuestros catequistas nos dijeron que fuésemos a la convivencia que había en enero en Italia. Y aquí estamos ahora en Kaunas.
- Pero hay mucha gente, también en el seno de la Iglesia, que no entiende cómo se puede ir una familia entera a la misión…

- Nosotros tampoco, y es cierto que humanamente no tiene ningún sentido dejar tu hogar, tu trabajo, familia, amigos, además hacerlo no solos sino solo sino con los hijos, pero ves que es el Espíritu Santo el que te da la fuerza de abandonarte a lo que Dios quiera. Sientes como el Señor te sostiene. Nosotros por ejemplo, ahora vivimos en una casa el doble de grande que la que vivíamos en Madrid, nos concedió también un colegio y un trabajo antes de llegar, por lo que si te fías, Él te da el ciento por uno.

Fuente: religion en libertad 11/10/2019 / or

viernes, 10 de mayo de 2019

Miles de católicos de países exsoviéticos se citan en Kiev Ucrania en un encuentro del Camino Neocatecumenal


Por primera vez, estarán reunidos los hermanos de todas las comunidades del Camino de Ucrania.

Un año después del encuentro del Camino Neocatecumenal con el Papa Francisco con motivo del 50 aniversario del inicio del Camino en Roma, la capital de Ucrania acogerá un nuevo encuentro en el que participarán los países de la ex Unión Soviética y Polonia.
 
Se trata de un encuentro vocacional que tendrá lugar en el “Palaz Ucraina”, este mismo sábado 11 de mayo 2019 y que estará guiado por el equipo responsable a nivel internacional del Camino, Kiko Argüello, María Ascensión Romero y el P. Mario Pezzi.

Cuna del cristianismo del Oriente europeo
En el encuentro, tras la presentación de la asamblea, Argüello anunciará el Kerigma, la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Cristo. Después, pedirá que el Señor suscite vocaciones al sacerdocio y a la vida contemplativa e invitará a que las familias que sientan la llamada de Dios a ir en misión en cualquier parte del mundo muestren su disponibilidad.
 
De cara a los horrores del comunismo durante la Unión Soviética, este encuentro será un motivo para dar gracias en esta ciudad “cuna de la cultura cristiana de todo el oriente europeo”, como dijo Juan Pablo II en 2001, por la sangre que han vertido tantos mártires ofreciendo su propia vida por los hombres y el Evangelio.

Será presidido por Monseñor Vitaliy Kryvytskyi, obispo de Kiev-Zhytomyr, y le acompañarán otros 7 obispos de Ucrania. De ellos, 2 pertenecen a las Iglesias Greco-católicas. Asistirá también el primer secretario de la Nunciatura Apostólica en el país, así como 130 sacerdotes, entre ellos también varios de la Iglesia greco-católica. Se unirán además representantes de otras Iglesias como la Ortodoxa o la Protestante.
 
Entre las autoridades civiles que acudirán al encuentro se encuentran algunos ministros de Ucrania, así como la Embajadora de España.
 
También está prevista la presencia de los seminarios Redemptoris Mater de Kiev, Vinnytsia, Uzhgorod, Varsovia, Talin y Riga; así como de dos seminarios diocesanos de Ucrania.
 
En total, se espera la presencia de más de 4.200 personas procedentes de Moldavia, Georgia, Kazajistán, Estonia, Rusia, Letonia, Bielorusia, Lituania, Polonia y por supuesto, de Ucrania.

Papa Francisco: “El Camino es un don de Dios”
En el encuentro celebrado en Tor Vergata (Roma) el 5 de mayo de 2018, el Papa Francisco afirmó que el Camino “es un don de Dios para la Iglesia de nuestro tiempo”.
 
En numerosas ocasiones, el Santo Padre ha mostrado su apoyo a este carisma, y en concreto a Kiko Argüello, María Ascensión Romero y al P. Mario Pezzi, invitándolos a continuar con su labor evangelizadora alrededor del mundo.

El Camino en Ucrania
El Camino Neocatecumenal en Ucrania comenzó precisamente de la mano del P. Mario Pezzi en 1984, quien fue el primer misionero-itinerante en llevar el carisma a este país junto al P. Janez Bokavsek. Gracias a este pequeño germen del anuncio del Kerigma durante el comunismo, el Camino es en la actualidad una realidad con unos 3.000 hermanos reunidos en 80 comunidades presentes en cada una de las diócesis católicas y algunas greco-católicas de Ucrania. 
 
En el país hay 8 missio ad gentesasí como varias familias en misiónhermanos y hermanas en misión y 3 seminarios internacionales misioneros Redemptoris Mater, de los cuales han sido ordenados ya 12 presbíteros.
 
Por primera vez, estarán reunidos los hermanos de todas las comunidades del Camino de Ucrania.

Fuente: ReligionEnLibertad 10.05.2019 / or


lunes, 6 de mayo de 2019

Camino Neocatecumenal inicia este domingo la Gran Misión en las plazas 2019


Este domingo 5 de mayo unas diez mil plazas en 135 países serán escenario del inicio de la “Gran Misión” que el Camino Neocatecumenal realizará por séptimo año consecutivo.
Esta iniciativa recoge las palabras pronunciadas por el Papa Francisco hace unos días después del Domingo de Resurrección, cuando recordó que cada cristiano está llamado a encontrarse con Jesucristo resucitado “y a convertirnos en sus anunciadores y testigos”.
“Por eso, acogiendo una vez más las palabras del Santo Padre, las comunidades neocatecumenales ofrecerán diversas catequesis para ayudar a las personas a tener un encuentro con Jesucristo a través de la escucha de la Buena Noticia: el Kerigma”, indicó el Camino.
La Gran Misión consta de cinco encuentros para responder preguntas como “¿quién es Dios para ti?”, “¿has experimentado en tu vida que Dios existe?”, “¿para qué vives?”, “¿qué es la Iglesia?” o “¿quieres ser ayudado y vivir en una comunidad cristiana?”.
Este domingo se dará respuesta a “¿quién es Dios?”, “¿por qué crees en Dios”, o ¿de qué modo has experimentado en tú vida que Dios existe?”.
El segundo domingo girará en torno a la pregunta “¿quién eres tú y para qué vives?”.
“Durante el tercer encuentro se anunciará el Kerigma, la respuesta de Dios a la situación existencial de pecado y de muerte y centro de la evangelización y de esta ‘Gran Misión’ en las plazas”, indicó.
El penúltimo domingo será el llamado a la conversión “con la posibilidad del Sacramento de la Reconciliación”. “El quinto encuentro tratará de forma más concreta sobre la Iglesia y la comunidad cristiana”, se informó.
El Camino Neocatecumenal explicó que “la ‘Gran Misión’ en las plazas nació como respuesta a la invitación del Papa Francisco de una ‘Iglesia en salida’ que salga ‘a las periferias’, clave a lo largo de todo su Pontificado”.
Fuente: AciPrensa 05.05.2019 / or

viernes, 3 de mayo de 2019

El Camino Neocatecumenal vuelve a evangelizar en las plazas del mundo en la Gran Misión 2019


El Camino vuelve a evangelizar en las plazas del mundo en la Gran Misión 2019

Unas 10.000 plazas de 135 países volverán a ser el escenario de la «Gran Misión» que el Camino Neocatecumenal realizará por séptimo año consecutivo a partir de este próximo domingo 05.05.2019.

(Camino N.) Hace apenas unos días, después del Domingo de Resurrección, el Papa Francisco recordaba que cada cristiano está llamado a encontrarse con Jesucristo resucitado «y a convertirnos en sus anunciadores y testigos». Por eso, acogiendo una vez más las palabras del Santo Padre, las comunidades neocatecumenales ofrecerán diversas catequesis para ayudar a las personas a tener un encuentro con Jesucristo a través de la escucha de la Buena Noticia: el Kerigma.
La «Gran Misión» consta de 5 encuentros en los que se dará respuesta a preguntas como «¿Quién es Dios para ti?», «¿Has experimentado en tu vida que Dios existe?», «¿Para qué vives?», «¿Qué es la Iglesia?» o «¿Quieres ser ayudado y vivir en una comunidad cristiana?».
Además de la catequesis, como es habitual, se cantarán los salmos de la liturgia del día y se hará la ya tan conocida danza que caracteriza a las comunidades del Camino.
El primer día, a través del testimonio de alguien, se dará respuesta a «¿Quién es Dios», «¿Por qué crees en Dios», o ¿de qué modo has experimentado en tú vida que Dios existe?».
El segundo domingo, el encuentro girará en torno a la pregunta «¿Quién eres tú y para qué vives?».
Durante el tercer encuentro se anunciará el Kerigma, la respuesta de Dios a la situación existencial de pecado y de muerte y centro de la evangelización y de esta «Gran Misión» en las plazas.
El penúltimo domingo la protagonista será una llamada a la conversión con la posibilidad del Sacramento de la Reconciliación, con confesiones individuales.
El quinto encuentro tratará de forma más concreta sobre la Iglesia y la comunidad cristiana.
La «Gran Misión» en las plazas nació como respuesta a la invitación del Papa Francisco de una «Iglesia en salida» que salga «a las periferias», clave a lo largo de todo su Pontificado.
Fruto de esta evangelización en las calles han sido muchas las conversiones ycambios de vida que se han dado en las personas.
En su reciente Exhortación Apostólica postsinodal sobre los jóvenes «Cristo Vive», el Pontífice confiesa que «nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es ante todo la profundización del kerigma que se va haciendo carne cada vez más y mejor».
Por otro lado, el Papa escribe que el Señor «nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el deporte, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio».
Fuente: InfoCatolica 03.05.2019 / or

Camino Neocatecumenal: Adicto a la cocaína, delincuente y con ideas suicidas: la conversión de sus padres provocó la suya

Mario logró dejar una vida de drogas, delincuencia y
 de un vacío que le llevaba a la idea del suicidio


Mario cuenta que al ver el amor de sus padres hacia él fue intrigado a la parroquia


Mario empezó a los 14 años una vida que le llevó al borde del suicidio. Empezó a tomar drogas y acabó teniendo un grave problema con el consumo de cocaína y el tráfico de drogas. Fue detenido varias veces y sus problemas no hacían más que aumentar. Pero cuando todo parecía perdido una luz se iluminó frente a él. Sus padres conocieron el Camino Neocatecumenal, y el amor con el que le trataban pese a ser un delincuente llamó la atención de este joven, que decidió ir a aquella parroquia a ver qué hacían allí.
Mario es ahora un hombre nuevo, está casado con Amelia, ambos pertenecen también a esta realidad eclesial y tras años sin poder tener hijos en un viaje a Tierra Santa delante del Santísimo les salió la palabra de la promesa a Zacarías de que tendría un hijo. Ella está ahora embarazada.
El cobijo de las drogas
En su testimonio que relata a Mater Mundi TV, Mario explica que al inicio de su adolescencia empezó “a rechazar todo tipo de autoridad, y a cambiar mi pensamiento, en ese momento pensaba que la iglesia era algo que me impedía ser libre, como no quería eso pues me cobijaba en las drogas, una manera de llenar ese vacío”.
Pero esto era únicamente el principio, pues su vida iría a mucho peor. Recuerda que “con 19 años empiezo a tener problemas con las drogas bastante serios, con la cocaína con todo tipo de sustancias, empiezo a traficar también con mis amigos y empecé a tener problemas con la justicia y me detienen dos o tres veces. Me estaba convirtiéndome en esclavo de sustancias, de mí mismo y de los demás”.
La idea del suicidio
Esta vida por la que apuesta le hace, sin embargo, completamente infeliz y le deja un vacío que no logra llenar con nada. De hecho, confiesa que “no tenía ganas de vivir, y me planteé el suicidarme porque mi vida no tenía ningún sentido”.
Sin embargo, algo se transformó a su alrededor. Mario cuenta que sus padres no sabían qué hacer, pero entonces conocieron una realidad de la Iglesia, el Camino Neocatecumenal, “en la que vivían su fe de una manera un poco más intensa y eso les daba la capacidad de amarme en este sufrimiento y en esta forma de ser que yo tenía, porque respondía con violencia y robaba en casa”.
Mario, en una foto con su padre

El cambio en sus padres 
Ante esta situación, un día su madre se le acercó y le dijo: “Hijo mío, no te das cuenta de que todo que te está pasando a lo mejor es porque te has alejado de Dios”. Él le contestó: “¿Y Dios, cuando me estaba alejando dónde estaba? ¿Por qué no me impedía alejarme?”. Pero ella respondió: “porque la libertad que te da Dios es la auténtica y la verdadera”.
Según explica Mario, una de las primeras cosas que le hizo no seguir con su planteamiento del suicidio y que en cierto modo le fue acercando a Dios fue la actitud de sus padres con él en esos momentos: “Empiezo a ver que mis padres me devuelven un amor que yo no reconozco como humano, pero yo pienso que hay un amor que es todavía más fuerte, que es Dios, que es el que me estaba rescatando e impidiendo que hiciera algo que no me convenía”.
Su visita a la parroquia que le cambiaría la vida
Intrigado y sorprendido por el cambio en sus padres decidió acercarse a la parroquia de la Inmaculada de Alcorcón. “Hablé con un sacerdote que comenzó a hablarme de Dios de una manera completamente diferente a como yo nunca había escuchado. Y me doy cuenta claramente que Dios existe, que verdaderamente ha estado haciendo cosas en mi vida y ha permitido ciertos sufrimientos para que esté diciendo esto hoy. Algunos de mis amigos murieron de sobredosis o en accidente de tráfico y otros están en la cárcel”, relata.

El regalo de una esposa y un hijo: el fruto de la oración
Mario asegura que se sintió salvado pues vio “como el Señor te ha rescatado de todo esto solamente porque has creído que te ama como eres y para mí ha sido lo más grande, porque esto también me ha permitido amar a mi mujer. Yo le pedí a Dios que me diera a alguien que me ayudara en mi vida a salir adelante y a encontrarme con Él y me puso a mi mujer después de orarle mucho tiempo”.
“Mi conversión también es fruto de la oración de mis padres, que rezaron todos los días durante nueve o diez años en los que yo estuve viviendo con estos problemas. Oraban porque no podían hacer otra cosa. Me ofrecieron apoyo psicológico, ir al psiquiatra o a un centro de desintoxicación: Pero yo ni quería ni me servía. Solamente Dios fue el que tuvo poder para sacarme de las drogas. Y descubrí  que verdaderamente Dios está presente y está  actuando en la vida. No es un Dios que está arriba mirándote cómo te estás aquí muriendo en tu sufrimiento y angustia, sino que está pendiente de ti y está actuando en ti, para ti y contigo. Y esto para mí ha sido muy importante: descubrir que Dios está siempre conmigo y comprobarlo en el sufrimiento con mi mujer cuando no venían los niños”, afirma este joven.
Además, Mario afirma que “nuestro hijo es fruto también de la oración. Nos invitaron hace dos años en navidades a ir a Belén y en Tierra Santa, orando ante el Santísimo el Señor nos mostró con una palabra del evangelio que seríamos padres. La lectura que nos salió abriendo la biblia era la promesa de Dios a Zacarías de que tendría un hijo y nos lo tomamos  como una promesa que el Señor nos hacía diciéndonos que había escuchado nuestra plegaria. Nosotros habíamos sufrido porque no venían los hijos. Y lo único que puedo decir es que el Señor cumple, hace lo que dice”.
Fuente: religionenlibertad 03.05.2019 / or

9 hijos y 9 años como familia misionera del Camino Neocatecumenal en Serbia

  Esta familia malagueña lleva nueve años como misionera  del Camino Neocatecumenal en Serbia, país de mayoría  ortodoxa y que ha vi...