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miércoles, 24 de junio de 2015

Iniciador del Camino Neocatecumenal narra su conversión en nuevo libro

Iniciador del Camino Neocatecumenal narra su conversión en nuevo libro


Iniciador del Camino Neocatecumenal narra su conversión en nuevo libro

MADRID, 28 Nov. 12 / 08:02 am (ACI/EWTN Noticias).- El iniciador del Camino Neocatecumenal, el español Kiko Argüello, relató en el libro “El Kerigma, en las chabolas con los pobres”, cómo logró encontrar a Jesús en medio de una fuerte crisis existencial.

“El Kerigma” es el primer libro escrito por Argüello, y fue recientemente publicado por la editorial BuenasLetras.

Argüello relata en su escrito que “en un momento trágico de mi existencia, entré en mi cuarto, cerré la puerta y grité a ese Dios: ‘¡Si existes, ven!, ¡ayúdame porque ante mí tengo la muerte!’”.

“Había muerto interiormente y estaba literalmente sorprendido de que la gente fuese capaz de vivir cuando yo no era capaz de hacerlo” escribió, y recordó que “la gente se ilusionaba por el fútbol, el cine. Sin embargo, a mí esas cosas no me decían nada”.

“Me preguntaba: ‘¿Pero cómo vive la gente?, ¿cómo logra vivir la gente?’. Veía a la gente normal y pensaba: ‘¿Pero no se preguntan: quién soy, quién me ha creado, qué es la vida?’, ‘¿es que la gente no se plantea esos problemas?’, ‘¿no será que estoy un poco loco, que soy un narcisista, un tipo raro?’” se cuestionaba.

Para él, recuerda, “no era indiferente si Dios existía o no existía, sino que era una cuestión de vida o muerte”.

El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de losSacramentos en el Vaticano, Cardenal Antonio Cañizares Llovera, señaló en el prólogo del libro que “el Camino Neocatecumenal un don que el Espíritu Santo ha hecho a la Iglesia en el postconcilio, como vía o itinerario para la iniciación o reiniciación cristiana, y como instrumento para impulsar una nueva y vigorosa evangelización”.

Por su parte, el Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Christoph Schönborn, escribió que “la catequesis de Kiko que se publica aquí representa una fuerte ‘instrucción para discípulos’. Es una llamada a la conversión personal. De esta catequesis me impresiona el hecho de que muestra claramente –y personalmente también a mí– que sin conversión personal no se puede evangelizar. El misionero tiene que ser evangelizado él primero”.

En efecto, Kiko Argüello señala en su libro que “es necesario pasar en la parroquia de una pastoral de sacramentalización a una pastoral de evangelización. Porque si la parroquia tiene, supongamos, un territorio con unas quince mil personas, de éstas sólo un diez, un cinco por ciento, sigue viniendo a Misa el domingo”.

“Todavía hay un grupo de gente que se casa por la Iglesia, que bautiza a sus hijos, etc., pero hay otra enorme cantidad de gente que ya no va a la iglesia. ¿Cómo llegar a tanta gente secularizada?”, cuestionó.

Una respuesta, para el autor es que “en los Hechos de los Apóstoles se dice cómo: mediante los milagros. En los Hechos cada kerigma va precedido por un milagro que crea estupor, que crea sorpresa, que abre el oído a las personas, que las prepara a escuchar. Porque la fe viene a través del oído. (…) Son milagros que preparan a la gente a escuchar el anuncio de la Buena Noticia, de la gran noticia que salva al mundo”.

El libro de Kiko Argüello puede ser adquirido a través del sitio web:http://kerigmaenlaschabolas.buenasletras.com/

Fuente: Aciprensa.com
Publicado: 24/06/2015 5:39pm

Papa Francisco: El Camino Neocatecumenal hace un gran bien a la Iglesia.

Papa Francisco al Camino Neocatecumenal: ¡Cuánta necesidad tiene el hombre de hoy de sentir que Dios lo ama!


El Papa Francisco saluda a Kiko Argüello esta mañana en el Aula Pablo VI en el Vaticano. Foto Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco saluda a Kiko Argüello en el Aula Pablo VI en el Vaticano. 
Foto Daniel Ibáñez / ACI Prensa

VATICANO, 06 Mar. 15 / 09:39 am (ACI).- El Papa Francisco recibió este viernes a miles de fieles del Camino Neocatecumenal, incluyendo a 200 familias de este movimiento que irán en misión a diversos países del mundo. En su discurso, el Santo Padre les recordó la urgencia de anunciar el Evangelio y afirmó que las personas en la actualidad necesitan saber que Dios las ama y que el amor es realmente posible.
A continuación y gracias a Radio Vaticano, el texto completo de las palabras del Santo Padre:
Queridos hermanos y hermanas, buenos días a todos, y gracias, muchas gracias
Los saludo a todos cordialmente y ante todo quiero decirles gracias por haber venido a encontrarse con el Papa. La tarea de Pedro es la de confirmar a los hermanos en la fe. Así también ustedes con este gesto han querido pedirle al Sucesor de Pedro confirmar su llamada, sostener su misión, bendecir su carisma. Y yo hoy confirmo vuestra llamada, sostengo vuestra misión y bendigo vuestro carisma.
¡Y lo quiero hacer! Lo hago, no porque él me ha pagado (señalando al fundador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello): ¡no! Lo hago porque quiero hacerlo. Irán en nombre de Cristo a todo el mundo a llevar su Evangelio: ¡Que Cristo los preceda, los acompañe y haga cumplir esa salvación de la cual son portadores!
Juntos a ustedes saludo a los cardenales y a los obispos que los acompañan hoy y que en sus diócesis apoyan su misión. En particular, saludo a los iniciadores del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello y Carmen Hernández, junto con el Padre Mario Pezzi: también a ellos les expreso mi aprecio y mi aliento por todo lo que, a través del Camino, están haciendo en beneficio de laIglesia. Yo digo siempre que el Camino Neocatecumenal hace un gran bien a la Iglesia.
Nuestro encuentro de hoy es un envío misionero, en obediencia a lo que Cristo nos ha pedido: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado se salvará» (Mc 16, 15-16).
Y estoy muy contento de que esta misión suya se desarrolle gracias a familias cristianas que, reunidas en comunidad, tienen la misión de dar los signos de la fe que atraen a los hombres hacia la belleza del Evangelio, según las palabras de Cristo: «Ámense como yo les he amado;  en esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos», (cfr. Jn 13,34), y «Que todos sean uno… para que el mundo crea» (cfr. Jn 17,21).
Estas comunidades, llamadas por los obispos, están formadas por un presbítero y por cuatro o cinco familias, con hijos también grandes, y constituyen una “missio ad gentes”, con un mandato a evangelizar a los no cristianos. Los no cristianos que nunca han escuchado hablar de Jesucristo y los muchos no cristianos que han olvidado quién era Jesucristo: “no cristianos bautizados” a quienes la secularización, la mundanidad y tantas otras cosas han hecho que olviden la fe. ¡Despierten esa fe!
Pues, aún antes que con la palabra, es con su testimonio de vida que manifiestan el corazón de la revelación de Cristo: que Dios ama al hombre hasta entregarse a la muerte por él y que ha sido resucitado por el Padre para darnos la gracia de dar nuestra vida a los demás.
De este gran mensaje el mundo de hoy tiene una extrema necesidad. ¡Cuánta soledad, cuánto sufrimiento, cuánto alejamiento de Dios en tantas periferias de Europa y de América y en tantas ciudades de Asia! ¡Cuánta necesidad tiene el hombre de hoy, en toda latitud, de sentir que Dios lo ama y que el amor es posible! Estas comunidades cristianas, gracias a ustedes, familias misioneras, tienen la tarea esencial de hacer visible este mensaje. ¿Y cuál es el mensaje? Cristo está resucitado, Cristo vive, Cristo está entre nosotros.
Ustedes han recibido la fuerza de dejar todo y de partir hacia tierras lejanas gracias a un camino de iniciación cristiana, vivido en pequeñas comunidades, en las que han vuelto a descubrir las inmensas riquezas de su Bautismo. Este es el Camino Neocatecumenal, un verdadero don de la Providencia a la Iglesia de nuestro tiempo, como ya lo han afirmado mis Predecesores; especialmente San Juan Pablo II cuando dijo: “Reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos de hoy” (Epist Siempre 30 de agosto de 1990: AAS 82 [1990], 1515).
El Camino se basa en aquellas tres dimensiones de la Iglesia que son la Palabra, la Liturgia y la Comunidad. Por eso la escucha obediente y constante de la Palabra de Dios; la celebración eucarística en pequeñas comunidades después de las primeras Vísperas del domingo, la celebración de los laudes enfamilia en la jornada del domingo con todos los hijos, y el compartir la propia fe con otros hermanos, originan los muchos dones que el Señor les ha prodigado, así como las numerosas vocaciones al presbiterio y a la vida consagrada. Ver todo esto es un consuelo, porque confirma que el Espíritu de Dios está vivo y operante en su Iglesia, también hoy, y que responde a las necesidades del hombre moderno.
En varias ocasiones he insistido en la necesidad que tiene la Iglesia de pasar de una pastoral de simple conservación a una pastoral decididamente misionera (cf. ibíd., N. Evangelii gaudium, 15). Es lo más importante que debemos hacer si no queremos que las aguas se estanquen en la Iglesia. Cuántas veces, en la Iglesia, tenemos a Jesús dentro y no lo dejamos salir… ¡Cuántas veces! Esta es la cosa más importante por hacer si no queremos que las aguas se estanquen en la Iglesia.
El Camino desde hace años está realizando estas missio ad gentes entre los no cristianos, para una implantatio Ecclesiae, una nueva presencia de Iglesia, allí donde la Iglesia no existe o ya no es capaz de llegar a la gente.
“¡Cuánta alegría nos dan con su presencia y actividad!” -  les dijo el beato Papa Pablo VI en la primera audiencia con ustedes (8 de mayo 1974: Enseñanzas del Papa Pablo VI, XII [1974], 407). También yo hago mías estas palabras y los animo a seguir adelante, confiándolos a la Santísima Virgen María, que inspiró el Camino Neocatecumenal. Ella intercede por ustedes delante de su Hijo divino.
Queridísimos, que el Señor los acompañe. ¡Vayan con mi Bendición!
Fuente: Aciprenso.com
Publicado por:24/06/2015 5:34PM

viernes, 5 de junio de 2015

La aventura de evangelizar China en familia

La aventura de evangelizar China en familia

"Mamá, hay que evangelizar a estas personas, estos niños no pueden morir en vano"


spanish family in mission in china

Irene e Israel, con sus entonces cinco hijos, llegaron hasta China para evangelizar como familia en misión. Ahora están de regreso en España, porque a Irene se le complicó el embarazo y la única opción que les daban en China era abortar. 


«Mamá, hemos encontrado una bolsa con un bebé muerto y el corazón fuera»: es lo que dijeron los hijos de Irene e Israel cuando se encontraron, entre unos arbustos, a un feto de ocho meses con la placenta aún cubriéndole mientras jugaban en el parque. «No se me olvidará en la vida», recuerda Irene.


Irene e Israel son un matrimonio del Camino Neocatecumenal que partió hace cinco años a China como familia en misión. Irene explica que, en China, «el aborto es el cáncer de la sociedad». Y cuenta cómo a sus hijos «les impactó tanto verlo tan indefenso, que me decían: Mamá, es verdad que hay que evangelizar a estas personas, porque estos niños no pueden morir en vano. ¿A estas mujeres, por qué las obligan a abortar?»
Irene afirma que, al día siguiente, cuando los niños tenían que ir al colegio después de las vacaciones de Año Nuevo, «les preguntamos si les costaba ir y ellos decían: No, tenemos que ir por Mateo –el nombre que le pusieron al bebé– y por todos los niños que sufren como Mateo, es necesario que nos vean, que vean el amor de Dios en nosotros».
Fue precisamente este problema del aborto fue lo que les obligó a regresar a España. «Mi mujer estaba embarazada y tiene muchos problemas en los embarazos. La única solución que le daban allí era el aborto. Así que nos vinimos a tener el hijo a España. Después de eso tuvimos otro», asegura Israel, convencido.
«Como no entendía a la profesora, me pegó»
La misión apostólica de estas familias se hace extensible a todos sus miembros. «El primer día que llegamos al colegio no sabíamos nada de chino. La profesora hablaba, pero como no la podíamos entender, no la obedecíamos, así que me pegó».



Habla Loreto, la segunda de la familia, que ahora tiene 10 años. «Mi hermana la intentó apartar y la profesora la empujó y la tiró al suelo. Se lo contamos a nuestros padres y nos dijeron que rezáramos. Después de comer mi madre habló con ella».


Irene, su madre, completa la historia: «Nuestros hijos han vivido muchas dificultades, porque allí las escuelas son como un régimen militar, muy disciplinados. Los profesores tienen carta blanca para agredir a los alumnos y esto, nuestros hijos, lo han sufrido en primera persona».



A pesar de las dificultades, ellos han podido encauzarlo «rezando mucho, porque lo que te sale de tu corazón humano es bajar y montar un numerito. Pero, gracias a Dios, pudimos hacerlo bien, y pedir perdón a la profesora por si nuestros hijos habían hecho algo mal. Hemos visto que, yendo siempre con la ayuda del Señor por delante, los niños han salido vencedores de todas las situaciones con las que se han encontrado».


Y es que con los niños hay que tener especial atención ya que, por desgracia, el mercado de tráfico de órganos del país cotiza a la alza los de los niños. «Desde el principio nos recomendaron que tuviéramos un cuidado extremo con ellos», explica Irene. Las personas de clases más altas prefieren órganos de niños extranjeros, pues se les presupone más sanos y cuidados; por eso, «cuestan el doble», asegura la madre.

No es la única dificultad que han vivido: «Nos han pinchado el teléfono, nos han seguido… incluso una vez nos paró la policía volviendo de una Eucaristía para interrogar al taxista que nos llevaba a casa», cuenta Irene. «Siempre tenemos preparado un plan B cuando nos juntamos para celebrar la Eucaristía, para poder decir que estamos celebrando un cumpleaños o una fiesta», por si la policía china interrumpe, pues el Camino Neocatecumenal no tiene cabida dentro de la Asociación Patriótica.

Fuente: aleteia.org

9 hijos y 9 años como familia misionera del Camino Neocatecumenal en Serbia

  Esta familia malagueña lleva nueve años como misionera  del Camino Neocatecumenal en Serbia, país de mayoría  ortodoxa y que ha vi...